Vamos a tratar de dar luz a temas que atañen a nuestra iglesia parroquial desde el punto de vista material, tanto de obras y mejoras, como de su
funcionamiento y que afectaron a su razón de ser como parroquia en cuanto al culto y administración.
Obras ha habido en la iglesia a través de los tiempos y empezamos por una de la que tenemos constancia realizada en el siglo XVII, pues consta en el
acta de una reunión mantenida por el Concejo en 1614, que dice En el lugar del Moral a veinte y tres días del mes de noviembre de 1614,
estando en Concejo público a campana tañida según lo tienen de costumbre, Juan Muñoz Cruzado y Bartolomé Gómez
procurador general en dicho lugar y con ellos Francisco Herranz el viejo, Sebastián Martín, Melchor Montero, Juan González, Mateo
de Sepúlveda, Domingo Torres y otros vecinos de dicho lugar ..., se trató el tema del guarda de las tierras de sembradura de la zona
del Serrejón, el Palancar y los Llanillos, y en seguida se pasó a otro tema que dice que está acordado que en la iglesia de este
lugar se haga una tribuna y se haga un portal y un archivo donde estén los papeles del Concejo, pero teniendo en cuenta la necesidad que tiene la iglesia y que no tiene para pagar todo, se acordó en el Concejo que se ayude para hacer el portal de manera que cada vecino que coja una carretada de
jaras del Ejido, que ha de ser del Valle, al final del arroyo, ha de llevar una cédula de autorización que les dará la persona que para
ello nombre el Concejo, pagando por cada carretada de 90 haces de jara la cantidad de cuatro reales, y el control lo llevará el mayordomo de la iglesia,
habiendo de plazo para coger la jara hasta finales de febrero de 1615. Se acordó también que al que sacare jara sin registrarse, se le
imponga una pena de 12 reales, de manera que lo que se sacara lo daría el Concejo como ayuda para hacer el portal y la tribuna de la iglesia y
también el archivo del Concejo. Y así fue acordado y lo firmaron Francisco Serrano, Bartolomé Gómez, Alonso López y Miguel
Esteban junto co el escribano Sebastián Martínez.
El mayordomo de la iglesia era uno de los oficios menores que nombraba anualmente el Concejo, y según el diccionario de la RAE es el "Oficial
que se nombra en las congregaciones o cofradías para que atienda a los gastos y al cuidado y gobierno de las funciones", en este caso relativas
al cuidado del edificio.
En el siglo XIX tenemos constacia de la recomendación que hizo el Excmo. Sr. obispo D. José María de Cos en su visita pastoral a nuestro
pueblo el día 31 de octubre de 1895, de que para evitar goteras, todos los años se recorran los tejados de la iglesia.
Y también del siglo XIX tenemos constancia de las obras que fueron realizadas cuando era párroco
de la iglesia de San Miguel Arcángel de nuestro pueblo D. Remigio Muñoz y Coello, cura del que se habla en líneas más
adelante en esta página, y estas obras tuvieron lugar a los pocos meses de haber llegado D. Remigio al pueblo, ya que se comenzaron en el mes
de marzo de 1896, y el nuevo párroco vino en enero de ese mismo año.
Entre los documentos consultados, hay uno con la relación de materiales a emplear y especificación detallada de las labores a realizar
de albañilería y carpintería, otro con el contrato firmado por el contratista, y un tercero donde se ve lo comunicado por el
Sr. Arquitecto de la Diócesis al alcalde del pueblo sobre los trabajos ejecutados.
Hay que mencionar en primer lugar el presupuesto realizado por el arquitecto de la Diócesis de Madrid Alcalá y que firmó el
día 8 de marzo de 1896, el cual se compone de una parte con todo lo relativo a las labores de albañilería y otra con lo que
corresponde a carpintería, de armar y de taller.
En la parte correspondiente a los trabajos de albañilería, se ven ocho tipos de labores como son poner a la vista todas las grietas de
la iglesia y guarnecido y tendido de las mismas, el hacer el guarnecido y tendido de los dos muros de la embocadura del presbiterio, hacer el cielo raso
de la sacristía con cañizo, su guarnecido y tendido, poner a la vista todas las grietas de la sacristía y parcheado de las mismas,
demoler el techo de la sacristía y arrancar los tirantes que hay que reponer, blanquear tanto la iglesia como la sacristía con lechada de
cal, totalizando 758 metros cuadrados, y por último desmantelar la cubierta de la iglesia, del atrio y de la torre utilizando una tercera parte de
las tejas viejas, ascendiendo el total de este apartado de albañilería a la cantidad de 1894 pesetas con veinticinco céntimos.
Las labores de carpintería están divididas en ocho apartados que son la reposición de pares con viguetas de 7 metros de largo, 8
docenas de tablas de ripia de 2 metros de longitud cada una, dos viguetas para la sacristía de 6 metros de longitud, demolición de la
armadura interior en una linea de 12 metros por 12 de ancho, 25 pares de Soria de 7 metros de longitud, 8 docenas de tablas de una pulgada de Valsaín
para tableros, 50 metros cuadrados de entarimado del coro de 10 x 5 m, lo que supone 692 pesetas y 54 de mano de obra, ascendiendo la carpinteria al total
de 746 pesetas, y sumando lo correspondiente a la albañilería hace un montante de la obra de 2640 pesetas y 25 céntimos. Este
presupuesto va junto al resto del contrato, y está firmado por el arquitecto de la Diócesis el día 8 de marzo de 1896, que se muestra
seguidamente.
Adjunto al presupuesto mencionado se encuentra el contrato firmado por el albañil y la Junta de reparación, en el que consta que se celebró
una reunión en el pueblo el día 14 de junio de 1896 en la Sala Consistorial bajo la presidencia del Sr. Alcalde D. Aniceto González
González, a la que asistieron los señores del Ayuntamiento y el Sr. cura ecónomo de la parroquia D. Remigio Muñoz y Coello, que
constituyen la Junta para la reparación del templo de esta villa, y de otra D. Ignacio Ontalva y Marcaraque, de profesión albañil, y se ve
que se dicen datos de éste referentes a su estado civil, domicilio y que tiene treinta y seis años de edad, siendo el objeto de este documento
el de contratar los trabajos de reparación de la iglesia del pueblo, y después de discusiones, convinieron lo siguiente :
El albañil se compromete a ejecutar todas las obras indicadas en el presupuesto firmado por el Sr. Arquitecto y que va unido a este contrato.
Para poner de manifiesto las grietas, se picarán las tapias y se guarnecerán con prontitud dándolas de llana con cemento. El guarnecido y
tendido de las dos caras del muro que forma la embocadura del presbiterio se picará y se hará el tendido de nuevo a fin de que quede
completamente nivelado. El blanqueo general de la iglesia se hará con lechada de cal, de forma que si con una sola mano no quedara con la blancura
debida, se darán cuantas sean necesarias hasta conseguirlo.
Hay una partida incluida en el presupuesto que fue suprimida al considerarse no necesaria, y es el entarimado del coro, por lo que el contratista no está
obligado a hacerlo.
La cubierta de la iglesia habrá que desmantelarla por completo, así como el atrio,
torre y sacristía, retejando de nuevo y sin poder utilizar teja vieja que no esté entera y completamente sana, poniendo de su cuenta toda la teja
nueva que sea necesaria, y cada diez canales se pondrá un canal maestro guarnecido de cal en las juntas de todas las tejas, y así mismo todas las
boquillas del alero quedarán cogidas con cal al caballete, así como el principio de los canales que en el atrio y sacristía arrancan desde
la pared de la iglesia. Aun cuando en el presupuesto indique que se en la iglesia se ha de demoler de la armadura interior doce metros de longitud por doce
de latitud o anchura, sin embargo si al practicarse esta operación se demoliese mayor extensión, bien porque fuese necesario debido al estado en
que se halle o bien por la forma en que estén encajadas las maderas se demoliese por sí sola, será en perjuicio del contratista quedando
obligado a armar de nuevo toda la extensión que se derribe, puesto que el contrato es a riesgo y ventura, sin que pueda pedir por ello aumento de
precio ni indemnización de ningún género. Igualmente para el techo de la sacristía, debiendo quedar ésta de cielo raso
según indica el presupuesto.
Es de cuenta del contratista, Sr. Ontalva, no solo la ejecución de las obras indicadas sino también la adquisición de los materiales
necesarios, los que cumplirán las condiciones que indica el presupuesto, así como los maderos que necesiten reponerse por su mal estado en el
techo del atrio y el acarreo de los materiales poniéndolos a pie de obra. El contratista se comprometa a ejecutar las obras en el tiempo que media desde
hoy hasta fin de agosto, es decir en el periodo que comienza el día de la firma de este contrato, 14 de junio, hasta finales de agosto próximo.
El precio total de esta obra es el de dos mil cien pesetas, que D. Ignacio Ontalva recibirá de la forma siguiente : una tercera parte cuando los
materiales necesarios se hallen a pie de obra y haya desmantelado la techumbre por completo; otro plazo de igual cantidad cuando haya colocado la armadura y
realizado las demás obras sin que falte la mitad del retejo, y la última tercera parte una vez haya acabado la obra y se reciba como buena cuando
la revise un arquitecto que designará la Junta contratante.
Y hasta aquí se han mencionado las condiciones convenidas para el contrato, rematado con las firmas de los señores de la Junta, como son el Alcalde Aniceto González, Ramón González, Tomás Hernando, León Mansilla y el Sr. cura D. Remigio Muñoz, y
también firman el contratista Ignacio Ontalva y el Secretario del Ayuntamiento Maximino Sánchez, mostrándose a continuación las
firmas que aparecen en el documento.
Una vez acabadas las obras y aceptadas como buenas, el arquitecto diocesano manda una misiva el Sr. Alcalde de nuestro pueblo y le dice que las obras
realizadas en la iglesia parroquial por el contratista Sr. Ontalva, lo están de acuerdo a las buenas prácticas de construcción, aunque no
son lo completas que las necesidades y el estado del templo reclaman con urgencia, pero que dados los buenos deseos y el apoyo prestado a éstas por la
Corporación municipal, espera que pronto puedan llevarse a la práctica las que, por falta de recursos, no han podido realizarse ahora.
Además le dice que ha observado en el reconocimiento de las obras que el contratista ha ejecutado alguna obra que no figuraba en el presupuesto del
contrato, pero que eran necesarias y que han sido consecuencia de las otras. Acaba diciendo que renuncia a sus honorarios en favor de dichas obras y que lo
pone en conocimiento del Sr. Alcalde a los efectos consiguientes, firmando a continuación de la fecha que pone, 24 de septiembre de 1896.
Uno de los documentos que se encuentra junto al presupuesto y al contrato, es el que hace referencia a lo que dice el Sr. Arquitecto sobre obras necesarias
hechas por el contratista y que no estaban en el presupuesto, y tiene el título : Mejoras echas en la Reforma de la Iglesia de Moralzarzal que
está firmado por el arquitecto Diocesano, D. Miguel Olabarría, y el albañil, Sr. Ignacio Ontalva, y en ella se ve una serie de
materiales y labores que ciertamente no constan en el presupuesto y entre ellas hay para la armadura el empleo de 4 tablones, piezas de hierro como
gatillos y escuadras. También se indica la demolición y reconstrucción de parte del muro. Para el estribo de la armadura exterior se
emplearon maderos y para el estribo de la armadura interior se empleó una sesma o madero de unas determinadas dimensiones como son doce dedos de ancho
y ocho de grueso, sin largo determinado, y un embrochalado de la armadura, es decir el empleo de un brochal de madera para sostener las vigas que no pueden
cargar en la pared.
Como dato curioso, se ve en el periódico la Correspondencia de España del 14 de enero de 1899, y en el Heraldo de Madrid de esa fecha, la noticia
de que el arquitecto D. Miguel Olabarría sustituye a D. Francisco de Cubas como arquitecto de la Diócesis, al fallecer éste, que fue el
profesional al que se debe el proyecto de la catedral de La Almudena de Madrid, que era conocido como el Sr. Marqués de Cubas.
Y más obras, pues hay una noticia aparecida en la prensa de principios del siglo XX y al menos es un dato curioso, que en 1922 aparece en el
periódico LA EPOCA, nº 25790, año XXXIV publicado el viernes 25 de agosto de ese año, que se ha asignado para obras en la iglesia de
Moralzarzal la cantidad de 750 pesetas, apareciendo también en el periódico LA VOZ de ese mismo día y año, viéndose a
continuación la noticia aparecida en LA EPOCA.
Hacia el verano de 1951 sufrió graves daños como consecuencia de una tormenta muy fuerte que afectó de distinta
manera a diversos edificios (p.e. voló la esfera del reloj de la plaza, el famoso "Frascuelo"), restaurándose
el tejado, el frente de la puerta y el suelo, cubriéndose éste de baldosas de cerámica, habiendo una gran
colaboración por parte de vecinos y veraneantes durante las obras de reparación.
Durante la visita pastoral realizada el día 19 de mayo de 1952 por el Sr. obispo D. José María García Lahiguera
a nuestra parroquia de Moralzarzal, expresó su deseo de poder contar con recursos para arreglar lo antes posible la iglesia, y en la
visita arciprestal del 29 de octubre de 1952, el arcipreste le anima al párroco D. Pedro García a que arregle cuanto antes la parroquia.
La última labor de restauración tuvo lugar en el año 1993 y se puso toda la techumbre nueva de conglomerado de madera, nueva
iluminación, suelo a base de piezas de granito gris y otras de granito rosado formando una cruz, capilla con artesonado y celosías,
colocándose una placa conmemorativa de ese acontecimiento a la entrada del templo, pero veamos datos de esa obra.
En el nº 1 de la revista de información local titulada Moralzarzal, editada por el Ayuntamiento de esta villa, en su edición del 1 de
febrero/marzo de 1993 y en la sección de "información gráfica", aparece una foto de la iglesia y al lado una nota que dice
textualmente "Se van a llevar a cabo las obras de remodelación de la Iglesia Parroquial. Se ha conseguido una subvención por parte de la
Comunidad de Madrid que oscilas entre los 6 y 7 millones de pesetas", y en el número 6 de esa misma revista, aparece en portada la foto del
interior de la igesia con el titular "MORALZARZAL TIENE YA SU NUEVA IGLESIA".
Existe un documento fechado en marzo de 1992 en el que se encuentra, con el nombre de anteproyecto de sustitución de la cubierta en la parroquia
San Miguel Arcángel, Moralzarzal (Madrid), hecho por el arquitecto D. Manuel Iglesias Gutiérrez del Álamo, el estudio de las obras
a realizar.
Lo más importante de la obra fue la reforma de la cubierta del edificio, ya que se encontraba en muy mal estado, y ha sido completamente
reformada por amenazar ruina al tener las maderas tan deterioradas que se han sustituido por hierro, colocando un aislante bajo las tejas. El suelo
ha sido drenado y también se ha rebajado, colocándose piezas de granito con algunas de ellas de distinto color, de manera que hacen una
cruz, siendo el vecino del pueblo D. Felipe García Gamella quien corrió con los gastos de saneamiento del suelo. En la parte del techo del
presbiterio se montó una claraboya que da luz a esa parte de la iglesia donde se encuentra el altar mayor, y en la pared lateral que da al sur se
han puesto unas vidrieras o bastidores de vidrio dedicados a los patronos del pueblo, la Virgen del Rosario y San Miguel, y también lucernarios de
mármol traslúcido que dejan pasar luz y dan la sensación de vidrieras. La iluminación de la iglesia se ha hecho a base de
focos halógenos y en las columnas laterales se han puesto antorchas que dan una apariencia más clásica y antigua, poniéndose
cuatro focos en la parte exterior que iluminan el edificio donde se encuentra la sacristía y la torre del campanario con un aspecto muy llamativo
nocturno.
Los donativos de los fieles han sido muy importantes para correr con los gastos de la obra, y han colaborado con sus aportaciones empresas y particulares,
de manera que el párroco D. Francisco Lomillos, D. Paco para los vecinos, ha recordado que hubo cuatro personas que dieron medio millón de
pesetas cada una, y estaba muy agradecido a empresas como a la de transporte de viajeros de Francisco Larrea, la Asociación del Carnaval, el grupo
de mujeres de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, las aportaciones de cuestaciones hecha por las parroquias de Becerril y
Mataelpino, así como Alpedrete y Cerceda, los gastos de licencias a cargo del Ayuntamiento y Obispado, las aportaciones en trabajos de la obra
hechas por la empresa constructora JIGONSA S.L., los canteros de Cerceda Facundo y José Luis Carralón, Josá Mª Moreno con su
personal, Mariano Taillón, y las mujeres que limpiaron la iglesia, ...
La obra la realizó la empresa JIGONSA S. L. creada en el pueblo por tres socios, Ángel Hidalgo, Aurelio González y Antonio Llera, y en
el proyecto se indicaba que las obras comenzaran el día 1 de agosto de 1993 y acabaran el 13 de octubre de 1993, contemplando siete capítulos
realizándose la primera certificación con los trabajos del primer capítulo, la demolición, la segunda certificación se
hizo al acabar los trabajos correspondientes con los capítulos 2, 3 y 4, que incluían la estructura, la albañileía y la cubierta,
y la tercera con los capítulos restantes en la que se incluían falsos techos, andamiajes y medios auxiliares y de seguridad y la de
fontanería.
En la siguiente foto de la izquierda se ve la placa puesta en 1994 con motivo de la última restauración, y se puede ver
que el párroco en esa fecha era D. Francisco Lomillos Lobo, viniendo al acto de bendición e inauguración el
Vicario Episcopal D. Antonio Astillero Bastante.
Y en la siguiente foto, como testimonio de las obras dichas en estas líneas de aquí arriba, se muestra el interior de la iglesia,
apreciándose el andamiaje y la estructura preparada para hacer el arco de separación de la parte del altar mayor o presbiterio
del resto del templo, arco que ya está empezado, foto del verano de 1993, y se hizo un arco de medio punto en lugar del arco carpanel
que había. y si pinchas en ella podrás ver una breve colección de fotos relativas a esas obras realizadas en 1993-1994 en la
iglesia del pueblo.
Una figura curiosa es la de sacristán, que es la persona que en las iglesias tiene a su cargo ayudar al sacerdote en el servicio del
altar y cuidar de los ornamentos y de la limpieza y aseo de la iglesia y sacristía, figura que ha desaparecido en muchos lugares y
ya prácticamente no se da, pues esos menesteres los ejercen voluntarios que ayudan a realizar esas labores. Antiguamente era una
que estaba remunerada y es curioso ver un anuncio dado en el periódico EL SIGLO FUTURO, publicado el jueves 13 de diciembre de 1894, en
donde dice que se encuentra vacante la plaza de sacristán y el sueldo que se da por ello, correspondiendo en este caso el de 22 pesetas
con 50 céntimos, anuncio que se puede ver a continuación.
El último sacristán del pueblo en ese sentido de estar remunerado fue Silvestre González Morato, conocido por
todos como el tío Silvestre el sacristán que también hacía las cajas para los muertos, habiendo
siempre en el ayuntamiento una caja para casos de emergencia. Silvestre aparece en los libros de partidas de enterramientos de la parroquia como
testigo en los años desde 1921 hasta 1939. Era natural de Villarejo de Salvanés, pueblo de la provincia de Madrid, y estuvo ejerciendo
como sacristán de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Madrid y después en la de San Isidro, todo antes de
desempeñar ese oficio en nuestro pueblo, y además de tocar el armonio (el armonio es un órgano pequeño, con la forma exterior
del piano, y al cual se da el aire por medio de un fuelle que se mueve con los pies), pués en la iglesia del pueblo hubo un órgano del que
hablaremos más adelante, también cantaba gregoriano, cosa que recuerdan algunos de nuestros vecinos mayores, pero cuando estuvo D. Silvestre
no había órgano.
En los libros de registro de bautismos, matrimonios y defunciones que se conservan en la iglesia, del que existe constancia más antigua
es del sacristán llamado Manuel de Segovia, mencionándosele en el libro de partidas de matrimonios empezando a ver su nombre en enero
de 1758 y hasta diciembre de 1774.
Seguidamente se muestra parte del acta de matrimonio de Nicolás Sánchez Ximena y Juana de Segovia Sanz celebrado el día cuatro
de julio de mil setecientos sesenta y siete donde aparece el nombre de Manuel de Segovia, sacristán de la parroquia, en donde se puede leer :
alguno, haviendoles tambien hallado capaces en la doctrina Cristiana; y fueron testigos para este Matrimonio; Manl Mar˜ Redondo,
Antonio balandin y Manl de Segovia sacristan y otros muchos qe alli se hallaron presentes, y para ....
Entre los años 1824 y 1835 estuvo de sacristán Victoriano de San Andrés, que lo fue mientras estuvieron como curas párrocos
en este pueblo, D. F. Pedro de Corral, D. Benito Madridano, D Juan de Mata Delgado y D. Pedro Hurtado de Mendoza, siendo
este último el cura párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel hasta 1835, año en el que vino de cura D. Eusebio
Pillado, estando la plaza vacante en ese año de 1835 hasta que fue ocupada y ejerciendo las funciones propias del titular D. Policarpo
Barcarcel, teniente de cura de Moral, siendo cura propio de Collado Villalba.
Pero Victoriano de San Andrés aparece en junio de 1792 como testigo y sacristán en la celebración de una boda, mas está
escrito Bictoriano de San Andrés Pastrana y en noviembre de 1841 aparece también como sacristán junto a su hijo Miguel, así
mismo sacristán. En otra boda celebrada en octubre de 1839 aparece mencionado junto a Juan Mazarías, los dos como sacristanes de la parroquia
de San Miguel Arcángel de Moralzarzal y se muestra seguidamente parte del acta de la boda de Manuel Melitón Morales y de
Da Petra del Cerro y en la que se puede leer :
D.n Andres Burges, habiendo precedido todos los requisitos requeridos para la validez, y legitimidad de este contrato sacramental, siendo
testigos Juan Mazarías, natural de Manzanares, de estado soltero, y Victoriano de San Andres Pastrana, natural de Villarrubia de Ocaña,
de estado casado, y de oficio los dos, sacristanes de esta Yglesia. Y por ser verdad firmo la presente cuesta de Moralzarzal a tres de Octubre de mil
ochocientos treinta y nueve..., firmando el cura Ecónomo de entonces D. Diego Gonzalez Cid.
La función desempeñada por los sacristanes ya se ha dicho líneas arriba, y además se ocupaban de atender la sacristía,
que es la estancia aneja a la propia iglesia donde se revisten los sacerdotes y están guardados los ornamentos y otras cosas pertenecientes al culto,
y hubo un tiempo en nuestro pueblo en que había oficios nombrados por el Concejo como eran los mayordomos, que los había de la iglesia y de
distintas advocaciones como la Virgen del Rosario, del Niño Jesús, de las ánimas, de la Ascensión, de Nuestra Señora del
Santísimo, del Santo Cristo, de la Soledad, de San Sebastián y así unas cuantas, y los mayordomos eran los oficiales que se nombraban
en las congregaciones o cofradías para que atendieran a los gastos, cuidado y gobierno de las funciones, pero veamos algunos mayordomos nombrados por
el Ayuntamiento en algunos años del siglo XVII como por ejemplo en 1679, de manera que se ve escrito en el acta del pleno que se celebró
el día 15 de enero de ese año que dice así : "En la villa del Moral Çarzal a quince dias del mes de heno
de mill y seiscientos y setenta y nuebe años Sus mercedes de Antón muñoz y Jo Ucendo Alcaldes hordinarios domingo herranz
y matheo rubio regidores y Domingo blasco procurador general se juntaron Por ante mi el SSno. a nombrar oficios menores desta villa
segun su uso y costumbre de ella = y habiendolo comunicado y mirado todos de un acuerdo y pasrecer nombraron a los siguientes", por
mayordomos de la iglesia a Francisco Callejo y a Pedro Mingo, por mayordomo de la Cera Mayor a Antonio Charbao, por mayordomo de las ánimas a
Francisco Martín, por mayordomo de Nuestra Señora del Rosario a Francisco Redondo, por mayordomo del Santo Cristo a Sebastián
Martín, por mayordomo de Nuestra Señora de la Soledad a Domingo Benito, por mayordomo del Niño Jesús Agustín Redondo,
por mayordomo de la Candela Juan de la Cruz, por mayordomo de la Ascensión Juan Gómez y por mayordomo de San Sebastián Hernando
Guillermo, es decir, todo un lujo de mayordomos.
Moral ya era villa desde junio de 1636 y por lo tanto ya hay regidores en el Ayuntamiento además de alcaldes ordinarios, y los
regidores eran los alcaldes o concejales, y es este caso, al estar nombrados los alcaldes, eran los concejales.
Del mayordomo, se puede decir que era el que administraba lo que era propio de la hermandad o cofradía correspondiente, así como limpiar las
imágenes del santo o la Virgen pertinentes, cuidar de que estuviera todo a punto para el día de la conmemoración como podía ser
la celebración de la procesión, la misa de su festividad, etc.
El mayordomo de las ánimas se encargaba de las tareas a realizar para preparar las celebraciones de los días de los difuntos y de los Santos,
el de la cera se encargaba de recoger la cera que sobraba de las velas dadas para las misas que se decían en determinadas fechas como el día de
San Miguel, y los demás dichos, obviamente, se encargaban de preparar para los actos en honor del Niño Jesús, la Virgen del Rosario y las
restantes.
Hubo épocas en las que se repartían limosnas a base de pan entre los más necesitados y era lo que se denominaba caridad, como la
caridad de San Miguel, la caridad de San Sebastián, de San Roque, de la Ascensión, y en fechas cercanas a esas festividades se subastaba la
cocción del pan, de manera que los licitadores que iban a las subastas se comprometían a dar un determinado número de panes, proceder que el que quería quedarse con la cocción del pan pujaba ofreciendo un número calculado de cuartales, para no perder dinero, y hacer
llamativa su postura y así quedarse con la subasta, siendo esos panes los que regalaban para que se dieran a los necesitados.
Solían ofrecer una cantidad de cuartales de pan por cada fanega de trigo con la que hacían la harina para cocer el pan, siendo el cuartal la
cuarta parte de la hogaza o pieza de pan de cerca de un kilo, y la fanega era una medida de capacidad de grano equivalente a 55 litros y medio, con lo que
la fanega eran aproximadamente 44 kilos. De esta manera, los que se llevaban la caridad del santo correspondiente, daban la caridad o limosna para los
necesitados según la época, y en la subasta de la caridad de las ánimas celebrada el día 21 de marzo de 1610 Miguel
Rubio pujó el dicho día el Pan de la Caridad de las ánimas del purgatorio en que dará veinte y seis quartales por cada fanega
buen pan a contento de la Justicia de este lugar, que se ve en el acta de la sesión del Concejo de ese día, pero hubo postura pues
se pregonó quién cocía el pan, y apareció Juan Collado y puso la caridad en 27 cuartales, y que dice en el lugar del
moral a 21 de marzo de mil y seiscientos y diez años estando en Concejo como
es costumbre los Seres Miguel Esteban y Eugenio Martín alcalde y procurador y otros muchos vecinos del dicho lugar y estando juntos se
pregonó quien cocia la caridad de las animas y parecio Juan Collado y puso la dicha caridad a veinte y siete cuartales de pan a contento de la
justicia.
Pero no se remató la postura hasta el día 25 de ese mes, y en la primera parte de la subasta la puso Miguel Rubio en 27 cuartales y medio
por cada fanega, pero según se ve en el acta pareció Juan Robledo y puso la caridad de las animas que se ha de dar en este lugar para
el domingo de Cuasimodo que viene y dijo que lo puso y ponía a veinte y ocho cuartales de cada fanega de pan cocido de dar y tomar a contento de la
justicia, y así se le remató y lo firmó un testigo a su ruego, como se ve en la parte del acta que se muestra seguidamente.
El primer domingo después de la Semana Santa es conocido como domingo de Cuasimodo, domingo in Albis o Pascuilla, y lo de Cuasimodo viene por ser
las primeras palabras de la antífona de entrada que se suele rezar antes de los salmos y con la que eran acogidos los bautizados en Pascua y que
empieza "Quasi modo geniti infantes", que en castellano dice "Como niños recién nacidos",
siendo antífona, según el diccionario de la RAE, el breve pasaje, tomado por lo común de la Sagrada Escritura, que se canta o reza
antes y después de los salmos y de los cánticos en las horas canónicas, y guarda relación con el oficio propio del día,
y actualmente se denomina a ese domingo como Domingo de la Divina Misericordia.
Llama la atención las posturas que se hacían en las subastas de las distintas caridades, y vemos que en ese mismo año, el día
18 de abril se presentó en el Concejo Juan Collado y puso la caridad de la Ascensión en 26 cuartales, pero Juan Robledo lo subió a 28 y
luego pujó él mismo en medio cuartal más pero en seguida subió y dijo que ponía y puso el dicho pan de la caridad
de la Ascensión a veinte y nueve cuartales cada fanega, buen pan y a contento de la justicia de este lugar dándole el trigo bueno y a contento
la cual postura se la recibió el dicho Concejo y lo firmaron los que sabían y por los demás lo firmó un testigo, siendo testigos
Bartolomé Gómez, Pedro Rubio el mozo y Miguel Torres, vecinos del dicho lugar, es decir que había competencia por quedarse con
la caridad de las ánimas, la de San Miguel, San Roque, San Sebastián, la Ascensión, etc. como se ve en actas de distintos años
de esa época y los necesitados recibían pan de limosna, era como el origen o ascendencia de la Caritas actual, y las posturas sobre dichas
caridades se ve en las distintas actas que tratan del tema en fechas muy cercanas a las conmemoraciones de las festividades correspondientes.
Cuando se ha dicho lo del nombramiento de mayordomos, se ha especificado, entre los que se nombraban, al mayordomo de Nuestra Señora del Rosario
y vamos a ver un par de ocasiones, de las que tengo constancia, de la entrega de prendas, vestiduras y alhajas que se hacían a determinados vecinos a
los que se comunicaba su nombramiento como tales, y en primer lugar vamos a ver el acta del nombramiento ocurrido en 1692 que va titulado inventario
de las vestiduras de nuestra Señora del Rosario, y que dice En la villa del Moral Çarçal en primero de febrero de mil y seiscientos
noventa y dos años los señores Simón del Álamo, alcalde ordinario y Custodio Viñadero y Francisco Esteban, regidores,
se juntaron para entregar la alhajas de Nuestra Señora del Rosario a Francisco Martín el mayor, mayordomo de Nuestra Señora del Rosario
este presente año y se fue haciendo el entrego como se sigue, y se ve que se especifica a Francisco Martín el mayor, para diferenciarlo
de otro vecino que se llamaba igual, pero que se decía así distinguiéndoles como mayor o menor, y sigue con la lista de las prendas que
se le entregaron , Primeramente se le entregó a Francisco Martín el mayor = una cadena de plata de ciento setenta y cinco sortijas con
su patena grande y un crucifijo en medio que pesa media libra y tres onzas escasas ?? -- Mas se dio por entregado en tres anillos dos iguales y otro más
pequeño -- Mas se dio por entregado en un rosario blanco de cristal -- Mas se entregó en un vestido blanco que tiene banda -- Mas se
entregó en dos coronas la una de Nuestra Señora la otra del Niño Jesús, una fuente lisa labrada de al?? -- Mas se dio por
entregado otro pañuelo pequeño labrado en seda que se pone para poner adelante.
Y todos los dichos bienes se dio por entregados de que los volverá cuando cumpla peña de ampararlos a su costa y misión y el cuarto
santo siendo testigo Miguel Rubio y no firmó por no saber y lo firmaron sus mercedes de que certifico, y siguen las firmas de Miguel Rubio,
Simón del Álamo, Custodio Viñadero y Francisco Esteban.
Tenemos otro ejemplo de lo sucedido casi cien años después de entrega de las alhajas a otro vecino y en el acta se ve titulada Entrego
de las alhajas de Nuestra Sra del Rosario a Esteban Rubio vecino de esta Va. Año de 1727.
Y en la intoducción se puede leer En la Villa del Moral Zarzal en beinte y nuebe Días del mes de henero de mill y setecientos y beinte
y siete los Señores Antonio Muñoz y Manuel Gonzalez Alcaldes hordinarios Melchor Martin y Domingo Fernandez Rexidores y por ante mi esno de fhs para hacer dho entrego de las halajas que oy dia tiene en ser la Referida Na. Sra. del Rosario y se hizo en la
forma siguiente, y se ve la relación de prendas y alhajas que se entregaron, y que dice así Primeramente = Dos coronas. La
una de Nuestra Señora y la otra de su hijo con sus cruces por remate --
Mas una cadena de plata que tiene ciento y setenta y cinco eslabones --
Mas una Patena de plata grande descuadernada afiligranada que tiene en un lado un crucifijo con dos Angeles y a los lados y en la otra cara tiene diez
botones y tres arrancados en los bordes --
Mas un manto de tafetán blanco y un mandil de lo mismo con guarnición de plata --
Mas un vestido de niño azul aforrado en tafetán morado con galón de plata --
Mas un rodapiés de lienzo bordado con hilo azul y amarrizado --
Mas otro rodapiés de hecho de abuja con puntas abajo --
Mas otro bestido e tela de plata blanco forrado con tafetán encarnado con su encaje negro fino --
Mas dos tocas de Reina con puntas --
Mas dos rosarios, el uno de cristal y el otro de filigrana azul --
Mas dos marquitos de plata --
Mas una medalla de plata --
Mas una cruz de madera --
Mas catorce lazos de diferentes colores --
Mas un bestido de raso verde con flores de diferentes colores con su vestido para el niño de lo mismo --
Mas un relicario de monja con sus borduras y lazo de cinta muy gruesa --
Mas una campanilla pequeña de metal con su cinta --
Mas un lignum crucis de plata con su lazo --
Mas dos ramilletes nuevos de diferentes colores -- y termina esta parte del acta diciendo : Todos los dichos bienes se dio por entregado
el dicho Esteban Rubio y que los volvería a entregar cada y cuando que dhos Señores de Justicia que se les sean pedidos y no lo firmo por no
saber firmaron sus mercedes los que supieron, de que certifico = , y se ven las firmas de Antonio Muñoz y Manuel González, y
también se ve escrito Presente fui y la firma del escribano Juan de Sepúlveda, esno de fhos,
(escribano de fechos), y se muestra seguidamente parte del acta donde se comienza a decir lo que se entrega.
Arriba se ha mencionado en un par de ocasiones el armonio que tocaba el sacristán Silvestre, y ese aparato es, según el diccionario de la RAE, un órgano pequeño, con la forma exterior del piano, y al cual se da el aire por medio de un fuelle que se mueve con los pies, pero vamos a ver
lo que se sabe, a través de actas del archivo municipal, sobre el tema de un órgano que hubo en nuestra iglesia en el siglo XVII.
En el archivo del Ayuntamiento hay un documento donde consta un acta del pleno celebrado por la Corporación municipal que empieza diciendo En el
lugar del Moral a diez y ocho días del mes de diciembre de 1618, se juntaron en Concejo público a campana tañida según lo tienen de
costumbre, Juan de Antón Muñoz y Bartolomé Gómez, alcaldes en este dicho lugar y Juan Domínguez, procurador general del dicho
lugar, y así va nombrando vecinos del pueblo, y trataron varios temas como la alcabala del viento, subasta de la tienda y se llegó al tema
que nos interesa titulado "Que se hagan órganos", y dice en este Concejo se trató y confirió que por cuanto en la iglesia
de este dicho lugar no hay órganos y porque es uno de los mejores lugares de la Jurisdicción de la villa de Manzanares, se acordó que se
haga un órgano para la iglesia de este dicho lugar, que sea conveniente, ni de muy alto ni de bajo precio, sino mediano, a costa de los propios y rentas
del Concejo y de otras cosas que el Concejo y vecinos de él pondrán y ayudarán, y que si algo faltare se pueda repartir entre los vecinos del pueblo como vieran que conviniere.
Se trató a continuación un asunto sobre un reloj y se terminó la sesión, Todo lo cual se acordó en el dicho Concejo y
mandaron se cumpla como aquí se contiene, siendo testigos Francisco Martín Sastre y Juan Panadero y Domingo de Morales vecinos del dicho lugar y
lo firmaron los que sabían y por los demás un testigo.
Siguen las firmas de Bartolomé Gómez, Juan Domínguez, Juan Panadero, Juan Herranz y la del escribano Sebastián Martínez.
Pero esto fue el principio del asunto del órgano, pues hay otra acta de la sesión celebrada el día 15 de abril de 1619 que se ve que
lleva por título Que se haga la tribuna y se compre el órgano, sesión presidida por los alcaldes Juan Muñoz Cruzado
y Juan del Pozo, y el procurador Juan Herranz junto con unos cuantos vecinos, que no pongo por no ser prolijo, y así juntos dijeron que por
cuanto este Concejo ha tratado de hacer una tribuna en la iglesia de este lugar del moral para que se oficien los divinos oficios y que se compre un
órgano que se ponga en la dicha tribuna que todo sea una cosa cómoda lo cual se paga a costa del Concejo y vecinos de este lugar. Por tanto
ahora en este Concejo se aprueba y manda que se haga la tribuna y se traiga para ella la madera necesaria y se compre el órgano y se ponga en la dicha
tribuna todo a costa del Concejo del dicho lugar y para ello los alcaldes y procurador puedan tomar los arbitrios necesarios que todo lo que en ellos se
gastare desde luego lo aprueban y dan por bueno y tienen por bien se gaste lo que en ello convenga y se haga la tribuna conforme a la traza que ha enviado
Miguel del Valle, maestro del Real Palacio de la villa de Madrid, y que lo que en ello se gastare lo pueda el Concejo tomar prestado de la sisa y que si en
algún tiempo fuera necesario devolverlo el Concejo lo devuelva y sobre ello se puedan tomar los arbitrios necesarios y se pueda vender cualquier monte
del Ejido de este lugar.
Ya se ha aprobado la compra del órgano y hacer la tribuna o coro para ponerlo allí, y se dice de donde sacar el dinero para ello, pero
aún no acaba este asunto, pues se ve que hay otra acta titulada como Mandar el órgano a la iglesia, que dice En el lugar
del Moral jursicdicción de la villa de Manzanares a catorce días del mes de julio de mil y seiscientos y diez y nueve años en presencia
de mi el presente escribano público y testigos de yuso escritos se juntaron en Concejo público a voz de campana tañida según lo
tienen de uso y costumbre de se juntar para las cosas tocantes y pertenecientes a este Concejo Juan Muñoz Cruzado y Juan del Pozo alcaldes del dicho
lugar y Juan Herranz procurador general de él y con ellos .. y se ven nombres de muchos vecinos y sigue diciendo Por tanto todos juntos
unánimes y conformes y de un acuerdo y voluntad dijeron que mandaban y mandaron y hacín e hicieron gracia y donación a la dicha iglesia
del Señor San Miguel de este lugar del Moral del dicho órgano de su poder ?? que ellos han hecho y comprado para que sea propio de la iglesia
ahora y en todo tiempo para siempre jamás con tal condición y aditamento el cura del dicho lugar ponga un sacristán en la iglesia que le
sepa tañer muy bien, porque el sacristán que de presente está no lo sabe tocar y ha comenzado a aprenderlo desde el día de Corpus
Christi a esta parte. El órgano se trujo y por ser viejo no lo podrá aprender tan presto y el órgano es muy bueno y se podía echar
a perder, y así lo dijo el maestro que lo hizo. Además de lo cual piden que el dicho sacristán tenga escuela en la iglesia del dicho lugar
y enseñe a los niños porque hay mucha necesidad de esto en el pueblo y así piden al Señor Vicario lo provea y mande y con esta
condición hacen gracia y donación a la dicha iglesia del dicho órgano y así lo otorgaron y se obligaron de lo haber por firme so
expresa obligación que para ello hicieron de los bienes propios y rentas de este Concejo habidos y por haber y estando presentes por testigos Juan
Domínguez el viejo, Juan Montalvo, Francisco de Abajo y Francisco Herranz tejedor, vecinos del dicho lugar y firmaronlo los que sabían y por los
demás lo firmó un testigo, y el presente escribano doy fe de que conozco a los otorgantes, y se ven las firmas de Juan Domínguez,
el testigo que firmó por los que no sabían, y las de otros dos vecinos presentes junto a la del escribano Sebastián Martínez.
Ya había un órgano para nuestra iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, y otra conclusión que podemos sacar es que el actual
coro no estaba hecho, al verse escrito que se hizo una tribuna, o que esa tribuna fuera el coro que conocemos en los últimos años.
En un acta dicha sobre estas líneas se ha visto que se trató el asunto del órgano en una reunión que según se ve, se
juntaron en Concejo público a la voz de campana tañida, y se muestra a continuación lo del toque de campana de dicha sesión
del día quince de abril, en que se llamaba a Concejo a toque de campana, como se ve en la 3ª línea.
Y en el acta de la reunión que tuvo el Ayuntamiento en 1631 que se titula qo de Ssnt Andrés Año de 1631
y que dice que en el lugar del moral jurisdiccion de la va de manzanares oy dia de San andres qe es postrero del mes de
ne de mil y sseios y treynta y un años en presencia de mi el pte escriuano pco = y continúa
diciendo que se juntaron en Concejo público al son de campana tañida los alcaldes Domingo Torres y Juan Moreno con Domingo Morales y muchos
vecinos del pueblo, y en el apartado que trata de un asunto de tierras se dice : "se acordó en este Concejo que mañana al rayar el sol
cuando se toque la campana muy de mañana se junten los vecinos de este lugar y vayan a tomar tierras a fuente las Cabras según la traza de
otros años", no había relojes ni se decía hora, al salir el sol y cuando se oyera la campana.
Es curioso ver que en muchos documentos, tanto privados como públicos, se hacía referencia a las festividades de la Iglesia católica, como la memoria que se hacía de un determinado santo o del día en que la Iglesia celebra algún misterio, como son San Juan, Navidad, San
Sebastián o Corpus Christi, lo que nos indica que la religión estaba muy presente en la sociedad de este pueblo, y para ello valga el ejemplo
del acta de la subasta de la tienda del pueblo celebrada el día 17 de noviembre de 1613 que se remató en Pedro Mingo dando cien reales para
alcabala del Sr. Duque del Infantado, diez ducados de renta por la casa de la tienda, tres fanegas de trigo para la caridad de San Sebastián, tres
arrobas de higos y ocho libras de carnero para el día del Corpus Christi, y esta costumbre ha perdurado hasta cerca de nuestros días con pagos
por el arriendo de prados, como se ve en documentos donde pone "He recibido de Severina la renta de la bodega cumplida en San Pedro de 1958",
referido a la bodega de la viña que había donde está hoy día la urbanización del mismo nombre, La Viña.
En el lugar del Moral postrero día de Pascua del santísimo nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo que se cuentan veinte y cinco
días del mes de diciembre de mil seiscientos y seis años, en presencia de mí .. es otro ejemplo de las expresiones vistas en las
actas de las sesiones del Concejo del Moral y Zarzal, o esta otra que se refiere también a la Natividad, Que en el lugar del Moral día
de Pascua del santísimo nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo que se cuentan veinte y cinco días del mes de diciembre de mil seiscientos y
diez años se juntaron ... Referente al patrono de nuestro pueblo se ve esto En el lugar del Moral día del Señor San
Miguel que se cuentan veinte y nueve días del mes de septiembre de mil y seiscientos once años .. o en 1614 que se trató el tema
de la cera que sobró del día de San Miguel, y otro tema fue el que se ve la relación del pueblo con asuntos religiosos en otro acta que
dice que se el día 23 de febrero de 1620, estando en Concejo público y entre otras cosas se trató .. que para que en este lugar
se funde una capellanía de misas por las ánimas del Purgatorio y que haya un capellán que diga las misas que se acordaren y mandaren
se ..
Había sesiones del Ayuntamiento y se identificaban en las actas como p.e. Concejo del día de San Sebastián de 1609 que empieza diciendo
En el lugar del Moral día de Señor San Sebastián que se cuentan veinte días del mes de enero de mil seiscientos y nueve
años, estando en Concejo público a campana tañida .., otras como del día de San Andrés celebrado el día 30
de noviembre de 1613 o de 1615 que dice Concejo del día de sancto Andrés y empieza Que en el lugar del Moral día
de Sancto Andrés que se cuentan treinta días del mes de noviembre de mil y seiscientos y quince años se juntaron en Concejo público
a voz de campana tañida .. También en 1623, 1624 y más años como en 1629 que dice "Concejo del día de Sant
Andrés", empezando el acta así en el lugar del Moral a postrero día del mes de noviembre de mil y seiscientos y veinte y nueve
años ..
Llama la atención que las reuniones del Concejo se hacían generalmente los domingos después de asistir a la misa, lo que indica
que se respetaba el precepto dominical de la Iglesia y además se empleaba el tiempo de entre semana para las labores propias de los distintos oficios.
Se han mostrado partes de actas en las que se hace referencia a festividades de la Iglesia y se manifiesta el fervor religioso del pueblo en esos tiempos,
y en el libro de actas de 1678 el escribano anotó al principio en que se han de escribir y asentar todos los acuerdos, nombramientos de oficios
menores de esta villa y otras cosas tocantes y pertenecientes a el Concejo de esta villa y en los años que declara este libro = y por ser así
lo firmo yo Pedro de Arredondo escribano público de número y Ayuntamiento de esta dicha villa, en ella a veinte y ocho días del mes de
enero de dicho año, y se ve la firma del escribano.
Y valga como broche de este tema lo que se ve en el libro de actas de las reuniones del Concejo de ese año 1678, con alusión a la Sagrada
Familia, viéndose dibujadas las referencias a Jesús, José y María.
Aunque expresa el año en nomenclatura romana "sui géneris", poniendo el mil como I, 600 como DI, setenta como LII y y ocho como VIII.
Moralzarzal pertenecía a la jurisdicción de Manzanares el Real, somo se ve en la introducción escrita en muchas de las actas relativas
a plenos del Ayuntamiento consultadas del siglo XVII, de manera que dependía de los Justicias de ese pueblo, y en el orden eclesiástico
pasaba lo mismo, pues el cura propio de nuestro pueblo era el mismo que el de la parroquia de Manzanares, siendo nuestra parroquia aneja de la de ese pueblo
llamada de Nuestra Señora de las Nieves, y debido a la distancia entre las dos poblaciones y considerando las condiciones de la manera de viajar en
aquellos tiempos y la dificultad de los caminos sobre todo en la época invernal, los "moralzarzaleños" se sentían un poco
marginados y descontentos con esa situación y se ven las desavenencias entre el pueblo y el párroco Juan Ramírez de Aguilera que
residía en Manzanares, sobre todo en las décadas de principios del siglo XVII, a partir de 1618, por los pleitos que se citan en actas de las
sesiones del Concejo del Moral, pero veamos cosas de la relación del párroco anterior, Juan Martínez, con el pueblo.
Había una costumbre antigua de pagar los diezmos por el Serrejón al cura del pueblo y se ve en un acta de la sesión habida por el Concejo
el día veinte de noviembre de 1609 bajo la presidencia del alcalde Asenjo Martín y del procurador general Juan Muñoz Cruzado con la
asistencia de unos cuantos vecinos estando presente el escribano Sebastián Martínez. Se trató ese tema y se dijo que los vecinos
diezmen los Serrejones por siete semanas (el diezmo era la contribución que pagaban los fieles a la Iglesia, y el Serrejón es la sierra de Hoyo), y el cura no lo quiso recibir, de manera que se acordó que por parte del Concejo se hagan las diligencias necesarias para que se guarde la
costumbre antigua que en esto se ha tenido y sobre esto se gaste lo que fuere necesario.
Esta fue una actitud que creo tuvo su incidencia en indisponer a las gentes del pueblo con el párroco, pero veamos más circustancias de los
documentos conservados en el Archivo Municipal.
Hubo una sesión del Concejo el día 29 de diciembre de 1611 en la que se trató el tema de la obligación para con el cura del Moral,
y se acordó pagar al licenciado Juan Martínez, cura propio de la villa de Manzanares y del Moral, seiscientos reales por la compra que
había hecho el Concejo del Moral al de Becerril de sesenta fanegas de pan, por mitad trigo y centeno, a razón de veinte reales cada par de
fanegas de trigo y centeno, por el concierto que este Concejo tiene hecho con el de Becerril sobre las tierras del Serrejón y sus rentas, y se
acordó que nos obligamos a darles y pagarles los seiscientos reales en una sola paga para el día de Pascua del Espíritu Santo del
año venidero. El párroco D. Juan Martínez prestó al Concejo los 600 reales, y en el acta de la sesión celebrada por el
Concejo el día 16 de septiembre de 1612, se trató el tema de devolverle el dinero al cura, y en el acta correspondiente que se encabeza
con "en este Concejo se acordó que para pagar al licenciado Juan Martínez, cura de este lugar, seiscientos reales que
prestó al Concejo para pagar al Concejo de Becerril lo que este Concejo le debía de la compusición del pleito, se venda el ensancho o
ensanchos que a los alcaldes les pareciere, adonde sea con menos daño y perjuicio sea para el Concejo de este lugar", y seguidamente se
muestra lo que está en el acta de esa sesión.
Se ve que al parecer ese párroco se llevaba bien con el pueblo, a pesar de estar tan separado en la distancia, pero veamos lo que sucedía
unos pocos años después con el siguiente párroco.
En acta de unos años posteriores se ve En el lugar del Moral a tres días del mes de junio de mil y seiscientos y diez y ocho
años en presencia de mi el presente escribano público se juntaron en Concejo público a voz de campana tañida según lo
tienen de costumbre Juan de Antón Muñoz y Bartolomé Gómez alcaldes de este dicho lugar y Juan Domínguez procurador
general, y con ellos vecinos del lugar, se trataron diversos temas y se llegó al referente al cura que ve titulado "que el cura ponga
quien sirva" y comienza . Otro si se acordó en este Concejo que por cuanto el cura propio de este lugar está enfermo y no puede,
a causa de su enfermedad, servir su beneficio, ni estar ni asistir a administrar los Santos Sacramentos de cuya causa hay mucha falta en la
administración de ellos y corre peligro porque a causa de la enfermedad del dicho cura, no pudiendo como no puede, se podrían morir algunas
personas sin recibir los Santos Sacramentos, atento a lo cual se acordó en este dicho Concejo lo que se pida al dicho cura que ponga en su lugar
clérigo hábil y suficiente que sirva en su lugar entretanto que estuviere enfermo y que sea compelido a ello y lo mismo que haya capellán
que sirva y diga las misas de las ánimas del purgatorio atento que hay quien diga tres misas y no se dicen más de dos cada semana, y
esto acordaron y que para ello se dé poder en forma a los alcaldes y procurador antedichos y a otras personas, ya que el cura propio, el licenciado
Ramírez de Aguilera, tiene desatendida esta iglesia por encontrarse enfermo, y con esta carta de poder lleguen a las instancias necesarias para que
se solucione el problema.
Así que se hizo la escritura de poder que se ve titulada Para que el cura ponga quien sirva y para lo de la ánimas del Purgatorio,
que comienza Por cuantos esta carta de poder vieren como nos, el Concejo alcaldes y vecinos del lugar del Moral, jurisdicción de la villa de
Mançanares estando como estamos juntos en nuestro Concejo a voz de campana tañida según que lo habemos de uso y costumbre de nos juntar para las
cosas tocantes y pertenecientes al dicho nuestro Concejo, estando presentes en él nos Bartolomé Gómez y Juan de Antón Muñoz
alcaldes de este dicho lugar y Juan Domínguez procurador general y con ellos bastantes vecinos, y se dice que otorgan todo el poder del Concejo
a Bartolomé Gómez y Juan de Antón Muñoz, alcaldes, y a al procurador general Juan Domínguez, así como a Diego
Díaz Montalbán y Luis Díaz Suelto, procuradores de causas en la ciudad de Toledo, a cada uno en particular y mancomunadamente (in solidum),
y con poder de sustituir al Concejo y que en nombre de este dicho lugar y Concejo puedan presentarse ante el Ilmo. y Rvdmo. Señor Cardenal Arzobispo
de Toledo y Señores de su Consejo y puedan pedir y suplicar que el dicho cura propio ponga un teniente hábil y suficiente para que haga el oficio divino y administre los Santos Sacramentos y haga el oficio de cura entre tanto que el dicho cura estuviere enfermoz, y que su Ilma. le
provea en vista de que el licenciado Ramírez de Aguilera, cura propio de este dicho lugar, lleva enfermo muchos días con una enfermedad prolija
que le impide decir misa ni puede administrar los Santos Sacramentos, y que además en este lugar del Moral hay una memoria de misas, de dos misas en
cada semana, que se dicen por las ánimas del Purgatorio, lo que es una capellanía, y las dice el cura de este dicho lugar y esta memoria se
sustenta de la limosna que da la buena gente de este lugar.
Esta carta de poder fue hecha y otorgada en este lugar del Moral el día tres de junio de 1618, estando presentes por testigos Simón Martín
de Uzendo, escribano del Rey nuestro Señor y Juan Sanz barbero, Lucas Lázaro y Antón Robledo vecinos del Moral y los
otorgantes que sabían firmar lo firmaron con sus nombres y por los demás que no sabían, a su ruego lo firmó un testigo, y termina
poniendo yo el presente escribano doy fe que conozco a los otorgantes.
Y se ven las firmas de testigos y del escribano, y como muestra de esta carta de poder, se expone a continuación la parte donde se dice lo de
poder ir ante el Señor Cardenal y Señores de su Consejo y lo de la enfermedad del cura propio Ramírez de Aguilera.
Mas no acaba el asunto del pleito con el cura Juan Martínez de Aguilera, pues se ve un acta fechada el día 9 de septiembre de 1619 en la que se
acordó que los maravedís se gastaren para seguir con los pleitos que el Concejo tiene contra el cura propio y sacristán, hasta concluirlos, y lo mismo que había una desavenencia con el cura, que residía en Manzanares, también la había en el aspecto económico y en
lo relativo a la gestión judicial, al depender de Manzanares, durante el par de decenios anteriores a la consecución de villazgo por parte del
Moral en el año 1636.
Siguieron los problemas con el cura y como consecuencia de ello se dio poder a personas del pueblo para que fueran sus representantes en el pleito y así
se celebró una reunión en la que se hizo la carta de poder que como siempre comienza así Por cuantos esta Carta de poder vieren
como nos, el Concejo, el alcalde y vecinos del lugar del Moral, jurisdicción de la villa de Mançanares, estando como estamos juntos en nuestro Concejo,
al son de campana tañida según lo tenemos de uso y costumbre de nos juntar para las cosas tocantes y pertenecientes al dicho nuestro Concejo,
estando presentes en él nos Juan del Pozo alcalde en el dicho lugar y Juan Herranz, procurador general en él y Juan Herranz el viejo .. y así se van nombrando más vecinos para continuar diciendo otorgamos y conocemos por esta presente carta que damos y otorgamos todo nuestro
poder cumplido y bastante según que este dicho Concejo y nosotros juntos en él le habemos y tenemos y de nosotros más puede y debe valer
a Juan Muñoz Cruzado y Juan del Pozo alcaldes en este dicho lugar y Juan Herranz el mozo procurador general en dicho lugar y a Juan Domínguez
el viejo y Bartolomé Gómez, vecinos de este dicho lugar del Moral y a Juan Fernández procurador de causas en la villa de Alcalá
dejen hacer y a cada uno y a cualquiera de ellos por si in solidum especialmente para todos los pleitos y causas que este dicho lugar y Concejo trata y
entiende tratar con el licenciado Juan Ramírez de Aguilera cura propio de este dicho lugar, y autorizan a los dichos para exponer el asunto
del cura ante el Vicario General de Alcalá de Henares y que ponga un sacristán que sepa tañer el órgano, y acaba el acta diciendo
que esta carta fue otorgada en el lugar del Moral a once días del mes de septiembre de 1619, estando presentes por testigos Francisco Martínez
el viejo, Francisco de Abaxo y Bartolomé Sebastián, vecinos lugar y lo firmaron con sus nombres los otorgantes que sabían firmar y se
ven las firmas de Bartolomé Gómez, Juan Herranz, Domingo de Luz, Francisco Martín, Juan Martín Cruzado, Francisco Martín
y la del escribano Sebastián Martínez, pero se quería arreglar el asunto como se ve a continuación.
Reunidos en Concejo los alcaldes Juan Muñoz Cruzado y Juan del Pozo con Juan Herranz procurador y otros muchos vecinos, de manera que el Concejo
pretende llegar a un convenio o concierto para resolver el pleito el cual concierto puedan hacer según y de la manera y con las condiciones
que ellos quisieren y por bien tuvieren y apartarse de la querella o querellas y capítulos que por parte de este derecho estuvieren puestas y
presentadas por parte del dicho Concejo y alcaldes y procurador contra el dicho cura ante el Señor Vicario general de Alcalá de Henares o ante otro
cualquier juez que de la causa conozca y hacer sobre ella las escrituras de concierto y apartamiento de querellas que al caso convengan, y para tener por firme este poder y lo que en virtud de él fuere hecho, nos obligamos en forma y así lo otorgamos ante el presente notario por ausencia de
escribano y testigos.
Y se firmó un convenio entre el pueblo y el cura según se ve en un acta que va titulada Escriptura entre el qo y el cura y
apartamios de querellas, que comienza diciendo que en el lugar del moral jurisdicción de la villa de Mançanares a doce
días del mes de seoptiembre de mil y seiscientos y diez y nueve años en presencia de mi Sebastián Martínez escribano del Rey
Nuestro Señor y público del dicho lugar parecieron presentes de una parte el Señor licenciado Juan Ramírez de Aguilera cura
propio de la villa de Mançanares y sus anejos y de la otra parte Juan Muñoz Cruzado y Juan del Pozo alcaldes del dicho lugar y Juan Herranz procurador
general en el dicho lugar, y dijeron que por parte del Concejo y alcaldes están puestas querellas contra el cura ante el Señor Vicario
General de la villa de Alcalá de Henares, y por otra que el dicho cura tiene contra el alcalde Juan Muñoz Cruzado ante la justicia de la villa
de Manzanares y las dichas partes dijeron que se apartaban y apartaron como mejor haya lugar de derecho y no se quiera pedir ni demandar cosa alguna la
una parte a la otra ni la otra a la otra y se remiten y perdonan todo, y lo juraron por Dios Nuestro Señor y sobre la señal de la cruz.
Dicen que este apartamiento (Acto judicial con que alguien desiste y se aparta formalmente de la acción o recurso que tiene deducido) no lo hacen por
temor sino por tener entre ellos paz y sosiego y se obligan de faltar nunca a lo acordado por este acto, y para ello obligaron y se pusieron de
penalización a la parte que lo contraviniere, doscientos ducados, la mitad para la parte obediente y la otra mitad para el fondo de gastos de la iglesia
del pueblo, y así lo otorgan siendo testigos el licenciado Diego de Medina Cáceres, cura de Collado Mediano y el doctor Morales cura de
Collado Villalba y Gabriel Gómez notario de Alcalá de Henares y Gabriel Gómez sacristán de Collado Villalba y los otorgantes que
sabían firmar lo firmaron de sus nombres y por los demás lo firmó a su ruego un testigo, y el escribano dio fe de conocer a los
testigos.
Ya se alcanzó la concordia entre Moral y el cura, pero además, en esta escritura se refleja que el Concejo retira cualquier querella que tuviera
contra el bachiller Alonso Cano, teniente cura de Becerril y de los gastos y costas que estuvieran causados por dichos pleitos, y termina esta escritura con
las firmas del licenciado Juan Ramírez de Aguilera, cura del Moral, la del doctor Andrés Morales, cura de Collado Villalba, el licenciado
Medina de Cáceres, cura de Collado Mediano, los vecinos Bartolomé Gómez y Juan Domínguez, así como Gabriel Gómez y
la del escribano Sebastián Martínez.
Y a continuación se muestra la parte de principio de la escritura dicha de apartamiento de querellas entre el cura y el Concejo.
Parece ser que los curas tenían dificultades económicas y hubo un tiempo en que la venta que se hacía de sermones suponía un
incremento en las mermados ingresos de los curas de entonces para poder vivir, y en ocasiones hubo quejas por lo poco que podían llevar a sus arcas
con el fin de subsistir, de modo que en 1822, se recibieron en la Junta Diocesana de Toledo 15 informes de los curas del Arziprestazgo de Talamanca y Alcolea
de Torote correspondientes a 15 parroquias de ese Arciprestazgo, entre los que iba el de Moralzarzal.
El informe presentado en la Junta Diocesana por el cura de las parroquias de Moralzarzal y su aneja Cerceda el día 12 de octubre de
1822, que era D. Juan Francisco Lanza Salmón, decía que los predios (heredad, hacienda, tierra o posesión inmueble según el
Diccionario de la RAE) suponen unos ingresos anuales para la parroquia de 659 reales, los cuales provenían de siete linares, 180 reales; del arriendo
de los prados llamados La Vega, Día primero de Marzo, prado Redondo, Tórtolas, Enebros, Guadarrama y otro y de una capellanía
fundada por Juana Moreno, 403 reales, a los que hay que descontar las cargas de 114 reales.
Siguiendo con la transcripción del informe, se decía que los ingresos por primicias (prestación de frutos y ganados que además
del diezmo se daba a la Iglesia) y privativos ascendían a nueve fanegas de trigo y quince de centeno todos los años y a quince arrobas de
garbanzos, y de primicial (relativo a primicias) de rentas de granos dos fanegas de trigo y de cuatro a cinco fanegas de centeno todos los años, que
suponían de 70 a 80 reales.
En el informe relativo a Moralzarzal se dice que «el párroco, por el gran trabajo añadido de tener que asistir a un anejo, necesita
indispensablemente de una caballería de las buenas, pues tiene que vadear algunos arroyos peligrosos en los ocho meses de invierno que, por lo general,
es lo que dura la estación en esta tierra; demás no tiene casa parroquial propia por lo que debe hacer frente al alquiler de una con los
ingresos de los predios y pagar la caballería.» Y así siguen otros informes de los pueblos del Arciprestazgo.
Y respecto a la venta de sermones, llama la atención el ver en algunos artículos de prensa el anuncio de su venta y así,
en el periódico EL SIGLO FUTURO, nº 2507, año IX, publicado el jueves 15 de noviembre de 1883, se puede ver que se envían
sermones para adviento y para cuaresma, pudiéndose pedir entre otros al cura párroco de Moralzarzal, que era por esas fechas
D. Eduardo Novel y Serrat, anuncio que también aparece en ese periódico en la edición del día 17 del mismo mes, y se
muestra aquí abajo a la izquierda el anuncio de ese periódico de 1883 y a la derecha el anuncio de ese mismo periódico
en la edición del jueves 16 de febrero de 1884, en este caso al precio de tres pesetas y libre de gastos de envio.
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