Tiendas de pescado en Moralzarzal


Y sí que es verdad, pues aunque parezca extraño, en nuestro pueblo hubo pescadería en el siglo XVII, como veremos a lo largo de las líneas siguientes.
El día 29 de septiembre de 1609, se juntaron en Concejo público los alcaldes Asenjo Martín y Juan del Álamo, el procurador general Juan Muñoz Cruzado, y con ellos otros vecinos, y se trataron diversos temas hasta que se llegó a la postura de la tienda, que dice que apareció Alonso Muñoz ante el Concejo e hizo postura de la tienda de aceite, vinagre y pescado y las demás cosas anejas a ella para el año venidero de 1610, diciendo que dará de alcabala (tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de compraventa) 26 ducados, más tres fanegas de trigo para la fiesta de la caridad de San Sebastián, y tres arrobas de higos más otras cosas, y que dará las adehalas propias del oficio, conforme a la postura que tiene hecha Roque Mingo, que la sirve este presente año, y que se obliga con su persona y bienes, siendo testigos Juan Muñoz, Mateo Esteban y Tomé Martín, y que no la pueda traspasar sin permiso de la Justicia so pena de 4 ducados, y en lo demás se remite a las condiciones con las que la sirve Roque Mingo, siendo admitida esta postura por el Concejo.
Ya vemos que se vendía pescado en la tienda de nuestro pueblo en el siglo XVII, lo que se fundamenta en estas actas, pero veamos más ocasiones en las que se dice expresamente lo del pescado.
Según el diccionario de la RAE, adehala es aquello que se da de gracia o se fija como obligatorio sobre el precio de aquello que se compra o toma en arrendamiento.

Tuvo lugar una reunión del Concejo público del Moral el día 24 de octubre de 1610, con presencia de los alcaldes Miguel Esteban y Juan Torres, y de muchos vecinos, haciéndose el pregón de la taberna del Moral en primer lugar y a continuación se hizo el
Remate de la tienda del moral y Zarzal, la cual se ve que dice ϒ otro si εn este qo se truxo εn pregon la tienda deste dho lugar De Pescado ε açeites ε frutas ε otras cossas neçesarias sobre la postura que tiene ffa mateo de Sepulbeda para el año venidero de mill ε Seiçientos ε diez que esta en beinte ε seis Duos ε mas las adehalas lo qual se pregono Muchas bezes ε por no auer mayor ponedor se rremato en el dho mateo De Sepulbeda que la tiene εn los dhos veinte y seis ducados y mas las adehalas que dho ofio tiene εl qual rremate se hizo εn forma y entiendese que es la tienda del moral y Zarzal.
Así que ya tenemos otro documento de remate de la tienda del pueblo,en el que se ve claramente lo del pescado, pero siguen más actas de testimonio de la venta de pescado.

Hay un documento que es una escritura de obligación y fianza de la tienda para el año 1616 se hizo y firmó el día 30 de diciembre de 1615. Fueron Roque Mingo como principal tendero y obligado, y Juan Esteban de la Parra el mozo, Pedro Lozano y Pedro Mingo como sus fiadores y principales cumplidores y pagadores, todos vecinos del Moral, los que se obligaron a servir la tienda que se remató en Roque Mingo, y que darán todos los pescados que en ella se suelen y acostumbran a vender, y aceite y vinagre y demás mercadurías que en las tiendas se suelen y acostumbran vender así en la tienda del Moral como la del Zarzal, todo abasto bueno y a contento y postura de los alcaldes ...
Y en este documento también se lee que darán en la tienda los pescados que en ella se suelen vender, otro documento que nos da testimonio de la venta de pescado en el Moral y Zarzal en el siglo XVII.

He podido ver otro documento en el que se trata la postura de la tienda y precios de lo que vendían, y es el del día 16 de diciembre de 1618, en que se juntaron en Concejo público Juan Muñoz y Bartolomé Gómez, alcaldes de Moral y Zarzal, con el procurador general Juan Domínguez y unos cuantos vecinos, y viéndose la postura del barbero, se pasó a la de la tienda en la que se dice que apareció Pedro Álvarez, vecino del lugar, e hizo postura en la tienda para el año venidero de 1619 en la manera siguiente :
Primeramente que dara açeite todo εl año a postura De la Justa deste dho lugar ε pescado truchuela mojada a diez ε ocho mrs todo εl año y seco El pescado dho ε hurta a veinte ε quatro mrs ε pescado çeçial A treinta ε dos mas moxado ε a quarenta ε quatro mrs seco ε sardinas a treinta ε dos mrs ε sal a quarenta ε ocho mrs el çelemin ε toçino a quarenta ε seis mrs la libra ε jabon A quarenta ε quatro mrs la libra ε las demas frutas verdes y secas a postura de la Justa Deste lugar εl vinagre a treinte ε dos mrs εl azunbre ε todas las demas cosas que se suelen ε acostunbran bender an de ser a postura de la Justa deste lugar ε con esto dar de alcauala Dosçientos ε cinquenta rreales pagados por sus terçios y mas pagara todas la adehalas que el dho ofiçio tiene. Dicha postura se le admitió y recibió en el Concejo, al dicho Pedro Álvarez, con la condición que se le ha de dar de prometido una carretada de jaras en el Ejido. Sobre la qual dha postura se pregono εl dho ofiçio εn el dho qo ε no uuo mexora -- ε queda de pagar una arroua de vino digo ma arroba y dos çelemines de castañas si quedare con el ofiçio ε si no Se quedare ε le sacaren lo a De pagar la persona que le sacare del dho ofiçio tiene ε a de pagar todas las adehalas quel ofiçio tiene este presente año y el lino a de tomar a treinta e ocho mrs la libra ε con estas condiçiones se la rreçibio al dicho pedro aluarez la dha postura ---
Se muestra seguidamente la parte del documento en el que se ven las mercancías que se vendían en la tienda y los tipos de pescados, con los precios de venta.



Está más claro que el agua, que se vendía pescado en nuestro pueblo en esos años del siglo XVII, y más viendo los precios y los tipos de pescado que se vendían, que eran truchuela, hurta, çeçial y sardinas, y aclaro que la truchuela es bacalao curado más delgado que el bacalao común o el abadejo, la hurta es un pescado parecido a la dorada, el çeçial es el cecial o merluza o parecido a ella, seco y curado al aire, y las sardinas son bien conocidas por aquí, y que el precio de algunas mercancías será a postura de la Justicia, es decir que estará regulado por las autoridades.

En el documento de "Obligación y fianza de las tiendas del Moral y Zarzal para el año venidero de 1620" - conforme a la postura de Pedro Álvarez, en el que se lee que
Por quantos esta carta de obligacion y fiança Vieren como nos Juan de anton muñoz como principal tendero ε obligado : ε nos Miguel esteban su yerno como su fiador ε principal cunplidor ε pagador Vezinos que somos del lugar del moral anuos dos Juntamte.
Otorgamos ε conoçemos por esta presente carta que nos obligos De seruir ε quel dho Juan de anton Muñoz Seruira las tiendas deste lugar del moral y Zarzal De pescado ε sardinas ε açeite ε Vinagre ε las demas cosas tocantes ε perteneçientes a las dhas tiendas que Remataron εn el dho Juan de anton Muñoz para el año venidero de Mill ε Seisçientos ε veinte años que rremataron εn mi el dho Juan de anton Muñoz a los preçios ε segun ε De la manera ε con las condiçiones que la a tenido ε tiene este presente año de seisçientos ε diez ε nuebe años ansi εn los preçios como εn la alcauala que la a tenido po aluarez este presente año-

luego vienen parte de folios en blanco y sigue diciendo que
fue fecha e otorgada εn el lugar del moral a beinte ε dos dias del mes de dize De mill ε seisçientos y Diez y nuebe años estando presentes por tos Anton Muñoz ε Juan de montaluo ε Juan garçia Cantero Vezos del dho lugar del moral ε firmolo el dho miguel esteban ε por los demas otorgantes qe no Sauian firmar a su rruego lo firmo un to y de la presente Scriuo doy fee que conozco a los otorgantes ---

Y siguiendo con documentos que nos revelan el testimonio escrito de la existencia de tiendas de venta de pescado en nuestro pueblo de Moralzarzal, lo hemos encontrado en el archivo municipal, y nos dice que hubo una reunión del Concejo el día 10 de febrero de 1625, presidido por los alcaldes Sebastián Montero y Juan del Pozo, junto con el procurador general Antón Muñoz, y se propuso y se pregonó que, sabiendo, y si no, debían de saber, que no había persona obligada para servir la tienda de pescado en este presente año, y bien, que se acordase persona que hiciese el abasto para el pueblo, o que el Concejo pusiera quien lo sirviese, o bien que se admitiera la postura que había iniciado al Concejo el vecino de El Escorial Andrés Nieto, diciendo que se obligará a servir dicho oficio o que dirá la persona que lo sirva en su lugar, para dar las mercancías necesarias para ese oficio, lo que se mandó leer, y visto y oído en el Concejo, éste no se acabó, y lo firmó el escribano Mauricio del Álamo.

Pero el 18 de marzo de ese año de 1625, Roque Mingo firmó la carta de obligación y fianza de la carnicería y de la tienda de pescado para ese año, haciéndolo estando presentes por testigos Juan Crespo, Juan de Antón, Llorente la Parra y Miguel Esteban, vecinos del Moral. Lo firmaron Roque Mingo y su mujer, Francisca Martín, como principales obligados, y además Juan Mingo, Domingo Sebastián el mozo y Domingo Sebastián "el casado", estos como sus principales fiadores, pagadores y cumplidores, haciendo suya la deuda ajena en lo que fuere necesario.
Y resulta llamativo lo de la tienda del pescado en estas fechas, pero así es, como he comprobado en esos documentos de actas de 1609 a 1625, en que en la tienda donde se vendía aceite, vinagre y otros artículos de abastos, se vendía "pescado y sardinas".
Y si llamativo es el hecho de la existencia de una tienda de pescado, es también llamativo el hecho de que lo firmara una mujer en esos tiempos, pero según se ve en ese acta, Francisca Martín lo hace con licencia, autoridad y expreso consentimiento que pide a su esposo, Roque Mingo, para hacer, otorgar y jurar esta escritura y lo contenido en ella y Roque Mingo otorga y concede a su mujer la licencia que le pide, obligándose a no rebocarlo en tiempo alguno, so expresa obligación que para ello hace de su persona y bienes, y se hizo esta escritura el día antedicho, 18 de marzo de 1625, estando presentes los testigos antedichos.

Se muestra, a continuación, la parte del acta del día 10 de febrero de 1625 en la que se puede leer en la línea tercera "para que sirviese la tienda del pescado", como documento que acredita lo dicho.



En los documentos encontrados en el Archivo municipal, la tienda se subastaba todos los años, pero en contadas ocasiones se especifica lo del pescado, pues como era lo normal, no se especificaba su venta, por lo que ello nos anima a pensar que el pescado se vendía, junto al aceite y vinagre desde esas fechas de las que tenemos constancia, por los documentos escritos, de la subasta de la tienda aunque no se especifique la venta del pescado, cosa que ha pasado a lo largo del tiempo, pues en el siglo XX también se vendía pescado en tiendas donde se vendían otros comestibles y los alimentos de las llamadas tiendas de ultramarinos, presuponiendo que el pescado a que se hace referencia no era pescado fresco, obviamente, al no haber medios de transporte rápidos ni lugar de almacenamiento adecuado, por lo que hay que pensar en pescado en salmuera, como bacalao y sardinas, a lo que estamos acostumbrados a ver, pero ya se ha dicho líneas arriba los pescados que se vendían.

En tiempos más modernos, en el siglo XX, se recuerda la pescadería que tenía Juana Segovia Bordón, la "pescadería de la Juana", y ya se vendía pescado fresco en su pescadería de la plaza de la Fragua, el cual venía en cajas de madera, que eran las típicas cajas de pescado, donde lo conservaban con hojas de helecho y con hielo troceado, pescado que le traía con su camioneta de transportes Santiago Estévez, visto en sus libros de asientos de bultos transportados. Del helecho se utilizaban las hojas frescas por ser un insecticida natural.

También en la tienda que tenían Miguel Morato y su mujer Encarna Domínguez en la calle Roseles a la salida de la plaza del pueblo, aunque cuando estaban en ese local ya vendían poco pescado, antes estuvieron ocupando el local de Juana Segovia de la plaza de la Fragua, que esta mujer les alquiló cuando dejó de trabajar, y allí sí que vendían pescado, y así consta en los años primeros de 1960 en los libros de consignación de transporte de mercancías de Santiago Estévez, cajas de conservas y de pescado anotadas en muchos días del año 1962, y el hijo de este matrimonio llamado Luis Miguel Morato Domínguez, "Miguelín", hacia 1964, cuando tenía 14 años, bajaba a Villalba con su bicicleta y se servía de un carrito atado a la bici para traer cajas de pescado desde el cruce de Jabonería de Villaba que allí le dejaban, y las subía a la tienda de sus padres, para más adelante hacerlo con una furgoneta, como me contaba la hija del matrimonio, Conchi. Y me decía que pescados tipo de la merluza, solamente lo traían en la época en que había veraneantes en el pueblo, y en otro tiempo vendían jureles o chicharos, sardinas, caballas, boquerones, etc., y nada de mariscos, si acaso alguna chirla para hacer caldo con arroz, es decir los pescados más económincos entonces.

Agapita Navarro Blázquez vendió pescado en la casa de su suegro que tenía en la plaza de la Fragua, empezando alrededor de 1966, donde ahora se encuentra el bar El Ladrillo de "Tito". Sabía del oficio puesto que su padre, José Navarro, tenía pescadería en el vecino pueblo de Becerril de la Sierra, y vendía pescado de todas clases en la plaza de la Fragua hasta el año 1974, en que su cuñado Justo García levantó un edificio nuevo donde estaba la pescadería de Agapita y su marido José González Sanz "gallo", cuñado de Justo, que abrió el antedicho bar en 1974.

Otra pesona de nuestro pueblo que vendió pescado fresco fue Basilio Reguera Balandín, que tuvo su tienda en la calle del Rondón nş 2, y ya no existe ese edificio, puesto que fue usado para ampliación del Ayuntamiento. Basilio hizo su oficio de peluquero donde hoy día está el bar Sol, y luego se fue enfrente del bar Racimo de Oro, el cual se conserva pero sin uso en la dicha calle, pero en el nş 1, y en un local que allí hubo, montó una tienda y se ve por los libros de consignación de mercancías de Santiago Estévez, que recibía ramos de plátanos, cajas de galletas, comestibles y cajas de pescado, y después puso el bar Colombia.

Un pescadero a recordar es Santiago, vecino del pueblo comarcano de Cerceda, cuyo nombre es Santiago Cubillo de la Morena, el cual venía en un principio a nuestro pueblo como vendedor ambulante, al comenzar, en bicicleta, luego con su moto y más adelante con su furgoneta, vendiendo en la plaza del pueblo y junto a la fachada de la Casa Grande, antes de ser biblioteca, hasta que se instaló en el mercadillo que se abrió en la parte posterior del Ayuntamiento antes de ser adsorbida esa zona para la ampliación del mismo.
Otra pescadería que hay que recordar es la de Tino, que la puso en la travesía de Antón nş 3 y luego se trasladó a la calle de la Huerta nş 6, casi esquina a la calle de la Iglesia, y su nombre era Faustino Alonso, y una vez que la dejó, ocupó un local de esa calle de la Huerta nş 2, para pescadería, Juan Cubillo Carralón, hijo de Santiago, que ayudaba a su padre cuando venían como vendedores ambulantes y ponían su puesto de venta donde hoy día está la biblioteca de la Casa Grande, y en la plaza de la Constitución, dejando el local que tuvo de pescadería en 2019 y se fue a su pueblo, Cerceda.

En la tienda de ultramarinos conocida como El Almacén, también se vendía pescado en salmuera, y cuando murió su dueño en 1952, que era bien conocido como el Sr. Alejandro, su yerno Pedro Sánchez Valdepeñas, que fue el que siguió con la tienda, recibía, como se ve en los libros de Santiago Estévez diversas mercancias y entre ellas cajas de pescado, destacando las sardinas en barrica, o como decían algunos, sardinas arenques embarriladas, con las sardinas en salmuera tal como lo hacían en tiempo de los romanos para conservar el pescado, y dispuestas formando una rueda alrededor del centro de la barrica.

Se muestra seguidamente parte de una hoja del libro donde Santiago Estévez anotaba los consignatarios de los paquetes que recibía en su agencia de Madrid, en la calle Don Pedro, el tipo de paquete, bulto o mercancía y el pueblo al que iba destinado, pues hacía el recorrido desde Madrid hasta nuestro pueblo.



Y se ve que el 31 de julio de 1961, en la línea 2 está anotada una caja de pescado para Basilio Reguera, con destino Moralzarzal, y en esa misma hoja, en la línea 4, está anotada una caja de pescado para Juana Segovia, también con destino Moralzarzal.

bibliografía : Libros de Actas del Archivo municipal de Moralzarzal.



İ 2006 - Antonio López Hurtado