El taller de carretería

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Dada la importancia que tuvo la ganadería en general y sobretodo la láctea y la ovina, era necesario hacer el transporte tanto de sacos de pienso, cereales, pacas de paja, cántaras de leche, es decir, todo lo relacionado con la agricultura y la ganadería, y también había que transportar las piedras de las canteras y llevarlas a los talleres de labrantes y de éstos al lugar de destino de la piezas de granito labradas, y así mismo se transportaba leña y carbón vegetal a la Corte de Madrid, es decir se acarreaba o carreteaba, así que hubo necesidad de un gran número de carros para hacer el transporte, y como consecuencia de ello se estableció en el pueblo un taller para atender las necesidades de carros y poder arreglarlos.

Las primeras noticias que hay de un taller de carretería las tenemos en un acta del pleno celebrado en el pueblo por el Concejo que se celebró en el siglo XVII, y que empieza diciendo que "en el lugar del Moral a quince días del mes de abril de mil seisciento diecinueve, en presencia de mi el presente escribano se juntaron en Concejo público a voz de campana tañida según lo tienen de costumbre, Juan Muñoz Cruzado y Juan del Pozo, alcaldes en el dicho lugar, y Juan Herranz procurador general del dicho lugar, y con ellos ... ", y se van citando nombres de vecinos del pueblo, y trataron diversos asuntos como el referente a un órgano para la iglesia, sanciones a los que pasen el ganado a pastar en la dehesa del Robledo, y seguidamente se ve el tema del que se hace referencia y dice : "Otro sí se acordó en este Concejo atento a que residen en este pueblo Luis Martínez de Requena, carretero que hace pinas y camones, y Diego Mesonero zapatero, y hace muchos días que están en el pueblo, acuerdase que se les pida vecindad o se les cargue el alcabala de lo que hicieren o se les despida del pueblo". El acta la firmaron varios vecinos del pueblo como Juan Herranz, Bartolomé Gómez, Francisco Serrano, Juan Domingo, Juan Panadero, Antón Muñoz y el escribano Sebastián Martínez.
Entonces no se andaban con chiquitas y eran muy claros y directos, vecinos, pago de impuestos o fuera del pueblo.

En tiempos más modernos, el taller del carretero estaba en la calle del Cerrillo esquina a la calle Cortés, donde hoy está el bar de copas Babylon, y fue montado por una persona que vino de Pinilla de los Barruecos, pueblo de la provincia de Burgos, llamado Marceliano Moral Arranz, que se estableció aquí echando raices al casarse con una mujer nativa del pueblo cercano Becerril de la Sierra llamada Gregoria Martín y se afincaron aquí, y le siguió en el oficio durante unos años su hijo Ignacio, conocido por el apodo de "pianola". Marceliano tuvo como ayudante en el taller al "tío" Lucio, al que algunos de los mayores del pueblo recuerdan como que daba miedo, y más tarde estuvo de aprendiz y ayudante Julio Hernández (hijo del tío Amancio).
Leonor, hija de Marceliano, me dejó, con gran cariño, una foto para que esta web pudiera enseñar lo que hubo, y en esa foto aparecen sus padres, su hermana Mercedes y el ayudante Julio Hernández trabajando en el patio del taller en un aro para la rueda de un carro de bueyes, y esa foto hecha hacia 1940 es la que se muestra a continuación.

trabajando en el aro


Marceliano realizaba las labores de su oficio haciendo carros nuevos a los que daba unas manos de pintura de un azul muy bonito, y además reparaba y recomponía los carros y carretas que se iban deteriorando con el paso del tiempo y por las labores a las que les dedicaban los carreteros, siendo la que más los estropeaba el carretear las piedras sacadas de las canteras y por caminos no muy buenos. En la foto que sigue se puede ver un carro pintado de azul, como recuerdo de los que hacía Marceliano, que conserva un joven ganadero del pueblo, José Moreno González conocido como "Josito", que ha sabido guardar y que se usa en algunos acontecimientos festivos que se celebran en determinadas fiestas.

carro de Josete


Los carros de bueyes que había en el pueblo y que eran usados para las labores de agricultores, ganaderos y canteros eran vehículos formados por una armazón de madera, montado sobre un par de ruedas. Consistía el armazón en un bastidor hecho con tres piezas de madera dispuestas en sentido longitudinal, con la central bastante más larga que las otras dos, unidas por otras piezas de madera dispuestas transversalmente y sobre las que se colocaban una tablas de modo que el bastidor formaba una superficie o plataforma, y seguidamente se ve la foto de otro carro que conservan en el polígono ganadero.

carro del polígono ganadero


Las piezas más importantes de un carro son la viga, también llamada pértiga, que es una pieza de madera bastante gruesa de sección cuadrangular, la más grande del carro, y está situada en el centro del bastidor haciendo como de eje longitudinal del carro y a ella se engancha el tiro, generalmente formado por un par de bueyes, la yunta, uncidos al yugo y atado éste a la viga.
Los aimones son dos piezas de madera, del mismo grosor que la viga pero más cortas, que forman los extremos de los costados del bastidor, estando ensambladas con las cadenas, que son unas piezas de madera que unen las tres piezas, las de los costados con la central, atravesando los 2 aimones y la viga por unas escopladuras o agujeros hechos con escoplo en esas piezas. Los carros, aquí en el pueblo tenían seis cadenas.
Los hiniestros son unas piezas de madera que van colocadas en posición vertical metidos en las escopladuras de los extremos anterior y posterior de los aimones y a los que se acoplan los varales. Los varales son otras piezas de madera que van acopladas en la parte superior de los hiniestros, anterior y posterior, mediante escopladuras de forma que une ambos y así forman el armazón lateral que servirá de soporte a las teleras.
Las teleras son tablas que van colocadas entre los aimones y los varales haciendo de soporte en las zonas laterales del carro para que no se salgan ciertas cargas por los costados.
Las palomillas son unas piezas bastante fuertes hechas también de madera que van situadas debajo de los aimones y en el centro de forma que sirven de soporte para acoplar el eje, este ya metálico. Los dentellones son otras piezas de madera de forma cilíndrica por lo general, que van encastradas en la parte inferior delantera de la viga y sirven de soporte para amarrar el yugo, y el tentemozo es otra pieza de madera de forma también cilíndrica que va sujeta a la viga en la parte delantera por medio de una pieza metálica giratoria que permite situarlo en posición vertical, para hacer de soporte o pie cuando se deja el carro en posición horizontal, o recogida cuando el carro va en marcha. Suele haber otro tentemozo en la parte trasera de la viga.

Y todo esto que he contado se puede comprender mejor viendo el dibujo siguiente.

dibujo esquema de un carro


nombre de las piezas del carro

pieza nombre pieza nombre pieza nombre pieza nombre
 1   viga o pértiga  2   dentellones  3   tentemozo  4   aimón
 5   cadena  6   hiniestro  7   varal  8   costilla
 9   palomilla 10   telera 11
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12
-

Y las ruedas están formadas por una serie de piezas curvas llamadas pinas, que van unidas por medio de los radios a la maza o pieza que alberga el buje y que da soporte al eje con el que giran las ruedas. Sobre la cara exterior de la rueda formada por las pinas se acopla el aro metálico que va sujeto por clavos que atraviesan el aro y clavan en las pinas. Los radios entran a presión en las escopladuras hechas en la maza y en las pinas y para que las pinas no se desvíen una de otra, se les incrusta en la parte exterior una pletina poco gruesa de forma triangular llamada alma.
En la foto de la izquierda se ven las separaciones entre pinas, pudiendo comprobar que hay dos radios por cada pina, y en la de la derecha se ven las piezas metálicas en forma de U clavadas en el aimón, llamadas civicas, en las que se meten las costillas para sujetar el costado del carro.


separación entre pinas piezas en U en el aimón


Hay unos cinchos de hierro que van acoplados a las mazas y van sujetos por medio de unos clavos de hierro con cabeza especial, que se llaman hitas, y cada cincho va sujeto con tres hitas.
Para que las ruedas no se salgan de su sitio se ponen unos pasadores con cabeza metidos en los chaveteros del eje que se llaman estornijas.
En la foto de la izquierda se aprecia la estornija en el eje que sobresale de la maza y arriba del cincho exterior la cabeza de una de las hitas que lo sujeta a la maza y en la foto de la derecha también se ve la cabeza de una hita.

maza y estornija cabeza de hita

El proceso de colocación del aro metálico consistía en posicionarlo sobre el armazón de madera, y se marcaba éste según la circunferencia interior del aro, cortando a continuación la madera sobrante, de manera que quedara un diámetro de un par de centímetros mayor que el que se había marcado. Luego se calentaba el aro para dilatarlo y se colocaba sin pérdida de tiempo sobre el canto de la rueda de madera y a base de golpes se iba introduciendo hasta dejarlo ajustado, enfriándolo rápidamente a base de agua de manera que no se quemara la madera y el aro se contrajera con lo cual se ajustaba al armazón de madera, siendo la experiencia del carretero de la que dependía el buen resultado de esta operación. Debido al trabajo y al efecto de la intemperie, ya que el carro soportaba agua, hielos y calores, lo que hacía que las piezas de las ruedas se aflojaran y entonces era preciso colocar nuevas llantas cada dos años para lo que se seguía el proceso descrito.
La maza o cubo de la rueda se torneaba a partir de un trozo de madera de fresno, se le hacía un agujero en el centro para introducir un tubo de hierro a presión para soportar en su interior el eje del carro. Seguidamente se marcaban sobre la maza los agujeros donde se tenían que acoplar los 16 radios, y mediante un taladro se agujereaba, dándole forma rectangular al hueco, la escopladura, utilizando el escoplo y el formón. Como muestra de lo que era un taller, se puede ver el dibujo de la Enciclopedia de Diderot, viéndose a la derecha cómo un operario va colocando las pinas, en el centro un par de obreros se dedican a encajar los radios en la maza y a la izquierda otro operario está haciendo los huecos o escopladuras en las pinas a base de formón.

taller de un carretero


Todas las maderas del carro estaban labradas y cepilladas, y se ensamblaban de manera que se ajustaran perfectamente. La mayoría de las piezas del carro, como la viga y los aimones eran de madera de álamo o negrillo, siendo las tablas de pino y las ruedas se solían hacer de madera de encina, por ejemplo las pinas, a excepción de las mazas centrales que eran de fresno. El conjunto del armazón estaba reforzado con piezas de hierro, sujetas con tornillos, formando un conjunto muy sólido.

© 2006 - Antonio López Hurtado